Me miras, pero tu mirada viene del pasado. Lo que pasa es que alguien nos tomó una fotografía. Y ahí estás tú, eternamente mirándome. Mirándo como duermo, y como sueño. Como respiro y transpiro. Miras mis ojos azules, a pesar de que los tengo cerrados. Miras mi nariz y mi pelo de fuego. Te preguntas porque tengo la piel tan blanca. Te lo he explicado miles de veces: porque del país de donde vengo no necesitamos melanina. La vendemos, y con lo que ganamos, solucionamos la pobreza.
No te cansas de mirarme. Podrías estar durante horas mirándome y no cansarte, dices. Creo que exageras. En realidad no soy para tanto.
¿Sigues mirándome? Parece ser que sí. Pues va a ser verdad, y no te cansas. ¿Ahora dónde estás? Ah, ya has bajado del cuello. La cosa se pone realmente interesante ... mmmh ...
¿Te gusta lo que ves? ¿Sí? Lo sabía.
Es que te tengo hechizado. Te pediré un deseo entonces: un beso de buenas noches, o quizás, una última llamada telefónica del día. Un "Te he echado de menos". O mejor aún, un "no puedo dejar de mirarte".
¡Huy!
Me he olvidado de que ya no estás. De que solo eres una foto. Una fotografía en la que tú ... estás ... mirándome.
¿Qué miras?
..te MIRO.....sin fin...!
ResponderEliminarMirada estoy.
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