A contraluz

Así me gusta vivir. A contraluz. Para que sea difícil verme, y controlarme. Para que se me tenga que intuir, no deducir. Para que el sol me caliente la espalda y no sepa quién me vigila, pues no me interesa. Me gusta estar a contraluz cada vez que puedo. Aumenta el misterio, disminuye la previsibilidad y te hace fascinante. A contraluz es más difícil calcular las distancias y podemos chocar, pero también podemos rozarnos. A contraluz se hace mejor el amor, pues la luz no te ciega, solo lo hace el amor, que ya es bastante.

Y finalmente, a contraluz cobra protagonismo el fondo del cuadro, y tú pasas más desapercibida. Sobre todo en esos momentos en los que debes desaparecer, en los que las lágrimas siempre son privadas.