miércoles, 2 de enero de 2013

Downstream



Todos tenemos una canción, la Canción. La mía es ésta. La que quiero que suene en mi funeral, la que suena cuando amo, y cuando lloro.
Esa letra que habla de un domingo cualquiera en la quietud de un pequeño barco de recreo, pasando una tarde de silencios y recuerdos, pasando páginas, viviendo un momento irrepetible, como todos los momentos.
La que quiero bailar con Él ... despacito, los ojos cerrados, para no dejar escapar mis lágrimas. Bien abrazada, para que no pueda escapar. Para olvidar que no soy eterna como el verano, y la noche, y la risa de los niños. Para recordarme ... que justo a partir de ese momento la vida va a ser como un verano de mil años, como el sabor del chocolate caliente en invierno, ... como una lluvia de confeti.
Abrázame, por favor. Estrújame si te apetece. Pero no me sueltes mientras dure esta canción.

1 comentario:

  1. ...todo de acuerdo, menos que suene en tu funeral....eso NO!!...tu eres y seras eterna, llena de abrazos y buenos recuerdos.Las lagrimas de tristeza, no existen en ti....

    ResponderEliminar