Para quitarme el mal sabor de boca de la entrada anterior ahí va una que espero os sea graciosa.
En el piso que compartíamos Yekaterina y yo en Valencia siempre éramos observadas por tres chicos que vivían en la finca de enfrente. Lo hacían desde su balcón y miraban de manera descarada la mayoría de las veces. Por lo que ahí teníais a Yekaterina siempre cerrando cortinas y ventanas.
Se ve que una tarde-noche tenían una fiesta, pues había un montón de chicos aparte de los tres inquilinos. Y eso que pienso: "ésta es la mía". Así que me voy al baño, me desnudo, me mojo el pelo y salgo liada en una toalla, como si me hubiera duchado. Yekaterina abre los ojos como platos cuando paso por delante dirigiéndome al balcón y se teme lo peor. Pero conmigo siempre reacciona tarde.
Así que salgo afuera y con todo el descaro del mundo me apoyo en la barandilla y me los quedo mirando. Al poco rato ya han avisado al resto de chavales que estaban dentro, por lo que temo que el balcón se hunda por el peso de unos ocho o diez tíos.
A todo eso Yekaterina no hace más que decirme desde dentro de la casa que basta ya de tonterías y que haga el favor de entrar.
Decido hacerle caso, pero cuando me giro y mientras voy entrando dejo caer la toalla al suelo enseñando el dos de oros. Detrás de mí y al otro lado de la calle oigo los sonidos guturales proferidos por el grupo de trogloditas allí reunidos: unos cuantos silbidos, un tímido aplauso y mucho griterío. Entro partiéndome de la risa, la vida es chula.
Yekaterina a esas alturas tiene un mosqueo de tres pares de narices y sale decidida y resoplando al balcón para recuperar la toalla caída del suelo y cerrar la puerta, momento que aprovechan los cavernícolas para gritarle insultos, ordinarieces y el eslogan "¡Que salga la pelirroja, que salga la pelirroja!", cosa que acaba de encender a la ruski.
Y madre mía, la siguiente escena que presencio desde el interior de la casa es digna de entrar en los anales de la dialéctica. Porque, querido lector, yo no sé si has visto alguna vez a un ruso cabreado, pero te aseguro que es algo digno de presenciarse. Y lo mejor y más adaptativo para uno es salir pitando. Si los pobrecitos del balcón de enfrente supieran lo que se les viene encima estoy segura de que lo habrían hecho.
Porque lo que veo es a la ruski que se planta en mitad del balcón con las piernas abiertas y los brazos en jarras. Y acto seguido profiere uno de los discursos más bestias que he tenido la oportunidad de presenciar. Durante dos minutos cronometrados les pega un chorreo en ruso que haría palidecer al sargento de "La Chaqueta Metálica". No entiendo muy bien su idioma, pero los insultos los controlo, y acierto a reconocer entre los improperios el equivalente en español de "caraculos", "panda de retrasados mentales", "que os den por donde amargan los pepinos" y el muy castizo "me cago en tus muertos". Todo eso pegando unos berridos monumentales y haciendo que medio barrio saque la cabeza por la ventana. De hecho, y por un momento temo que alguien llame a la policía.
Entendedme, los chicos no han entendido ni papa, pero el lenguaje
corporal y los tonos son universales y poco hay que añadir. La ruski les
ha quitado la tontería en segundos.
Porque eso sí, Yekaterina es la dulzura y el autocontrol personificados, pero cuando se le insulta, se cabrea y eso queridos lectores es para verlo.
Sólo cuando ha conseguido que al otro lado reinen el silencio y el asombro entra para adentro.
Yo, que sigo en el sofá desnuda y muriéndome de la risa temo por mi vida cuando se me encara con el ceño fruncido. Y entonces me suelta en su mal español esa frase que tanto le gusta dirigirme: "Tú eres loca".
[Dedicado a Yekaterina Sergeievna. Te adoro, ruski del demonio. Y te echo tanto de menos que duele :'( ]
Eres incorregible. Tú eres loca..!
ResponderEliminarMe preguntaba cuándo iba a aparecer esta anécdota en tu blog. Me la contó Yekaterina el día que hablamos por primera vez. Te quiere un montón y seguro que te echa de menos tanto como tú a ella...
Mi niña.
ResponderEliminarYekaterina tnbien echa de menos Eva. Esto yo cuento a chico de guitarra, creo que es Burdi.
Hola, chico de guitarra.
Eva no hace caso de Yekaterina. Es loca. Dile haga caso Yekaterina y no enseña culo mas.
¡¡¡ Katia !!!!
Eliminar¡¡ Y eso que decías que no ibas a escribir en este blog !!
Sí, Burdi es Luigi, el chico de la guitarra como tú lo llamas.
¿A que es mono?
Y Luigi no me va a pedir que no enseñe el culo. Le gusta :P ja ja ja ja
Así que acostúmbrate, ruski, que en los fotoestudios que vienen no sólo voy a enseñar el culo ;)
Wolność dla Polska !!!
Jajajaja..! Hola, Katia! Os entiendo a las dos, sois bien distintas... Si te sirve de consuelo, Katia, creo que con el tiempo, creo que Eva se comedirá más, aunque no creo que deje de ser una traviesa provocadora...
EliminarPero, buenooooo
EliminarA ver Luisito, ¿¿¿tú de qué parte estás ???? ;p
Podría ser mucho más salvaje en las fotos, e incluso vídeos a colgar aquí (y ambos lo sabéis).
¡¡¡No me quitaréis mi libertad !!!
Wolność dla Polska !!! Wolność dla Polska !!!
(esto lo gritaba por toda la casa cada vez que quería sacar de quicio a la ruski, je, je ...)
Yo sé que puedes, porque lo eres... Pero creo ue con el tiempo serás transgresora, juguetona y loca de más maneras, porque no creo que se te agote la inventiva... Ya sabes, la vida es chula, no?
EliminarLa vida es chula, sí.
Eliminardivertida y no le hagas caso a la rusa, sigue enseñando el culito y seguro que katia tambien lo tiene de fabula.
ResponderEliminarel explorador de angkor wat
Otro de mi parte.
Eliminar¡¡¡ Bieeeen !!!
Seguiré enseñando culito.
..uy si soy yo el del balcon....no soy de gritos, no me abria pensado en recorrer esos metros que separaban los edificios para demostrarte sin gritar una bonita cosa....en plan relax��jaaaaaa...EVA
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