Ya ha llegado.
Ya ha llegado el invierno, y la nieve pura. Salgamos a recibirla con los brazos y las almas abiertas.
A poco que me tienten me quito las ropas pesadas del otoño. Y salgo desnuda a correr y saltar entre la blancura, haciendo diabluras de niña mala.
¿Te vienes conmigo?
Tú tranquilo, que no pillas el catarro, pues vienes con la actitud correcta. Y con eso no pueden ni los virus ni los contagios.
Vamos a irnos tú y yo a disfrutar de la nieve. Y cuando volvamos a casa nos volvemos a quitar la ropa y nos pegamos al fueguito, que de esa manera se disfruta mejor.
Y hacemos el amor. Huy, que fino me ha quedado, casi que prefiero ser yo, enseguida lo arreglo: nos follamos mutuamente. Acabo contigo y tú conmigo entre jadeos y grititos, que estás que ya no te aguantas.
Y afuera la nieve cae.
La nieve que hace soñar y recordar.
La nieve pura.
[Para Manuel, de Valencia, por ser tan, tan mono]
Magnifica narrativa, dulce como las fresas de tu aliento. Aunque me ha encantado la perspectiva de tu penúltima foto, si llego a estar allí hubiéramos deshelado el escenario entre golpes de mi ariete, mientras mis manos fuertes como garras sujetan tus caderas envistiendote como un animal salvaje mientras notas mi fenomenal falo golpeando en el fondo de ti misma. Besitos y feliz Navidad
ResponderEliminarmmmmh... consigues "ponerme".
EliminarFeliz Navidad, guapísimo.
el explorador de angkor wat: Wesołych Świąt,piękny,całując
ResponderEliminar:)
EliminarWesołych Świąt
Kocham cię
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPara ti, Emmanuel. Salgamos a la nieve pura. Embadurna mi cuerpo desnudo con el frío y lo bueno. Y revuélcate tú también ... pero conmigo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar...magnifica!!
ResponderEliminareres un sol, Alberto.
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