viernes, 31 de mayo de 2013

Se ha terminado


Se ha terminado, pues
y aquella noche fresca de verano en que tú y yo
pudimos haber paseado juntos bajo las estrellas
nunca volverá.

Jack McDevitt

domingo, 26 de mayo de 2013

Caminar


Caminemos juntos por las curvas de la vida, por sus idas y sus venidas, por sus avenidas.
Ven aquí conmigo Thor, con tus cuatro patitas negras. Tú sígueme, que sé el camino. Te llevaré por rutas de esperanza y de ilusiones. De añoranzas y sonrisas.
Caminaremos mirando a lo lejos, para provocar espejismos en la mente. Y caminaremos por aguas tranquilas, te lo prometo. Tú ni te preocupes, que el camino es cosa mía.
No, no necesitamos mapas. Porque los mapas te conducen por rutas fáciles y simplonas, no por las que se han de transitar con arrojo y valentía.
Y caminar es cansado, te lo advierto. No te vayas a pensar que es grato siempre, porque no sabes lo que te puedes encontrar en el camino. Las gentes, los lugares que recorras te pertenecerán eternamente, eso sí. Y tú dejarás huellas de memoria dulces y azucaradas en aquellas personitas que veas en la ruta. Quizás se acuerden de ti cuando pasen muchos años. ¿Quién sabe? Algo así como: "¿Os acordáis de aquella chica que pasó por aquí con su perrito, hace ya tanto tiempo? ¿Qué habrá sido de ella?".
Caminar.
Soñar andando.
Y cansarse, caminando. Pero sonreír cuando duermes esa noche. Porque es la sonrisa del cansancio, la que mira a las estrellas en las noches de agosto y se pregunta:
"¿A dónde caminaré mañana?"

viernes, 17 de mayo de 2013

Ven aquí


Ven aquí que te disfrute.
Ven aquí que te sienta y te alise el alma. Ven, que no muerdo. Bueno, a veces, pero lo hago despacito, como me gusta a mí hacer casi todas las cosas.
Si vienes te prometo un momento de agonía, pero de esas que te gustan.
Ven aquí, va. No seas muermo, que me enfrío y me aburro, que me aplano y me disuelvo.
Tú ven, que ya verás.
¿No te fías? Haces bien. Yo que tú me lo pensaría, pues luego no querrás volver al lugar al que perteneces.
Pon la mano aquí, que te gusta, también tu miembro porque te lo mereces. Que la vida no se ha hecho para sufrir y malsentir, sino para fascinar y causar placeres azules.
Ven aquí. Sí, aquí dónde me ves entre brumas y recuerdos. Recuerdos de esos que funcionan con lágrimas de ojitos que pican.
Allá dónde me encuentre yo tú has de venir, pues no lo puedes resistir. Pero no es por mí, que no soy tan vanidosa (bueno, un poquito sí) sino por el hecho de venir, de moverte y de sentirte vivo. Al moverte, al venir sentirás el paso del tiempo, ese bastardo que nos estropea y al final nos mata entre malos olores y arrugas grises. Sin remisión.
Así que aprovecha y ven aquí. Ni te lo pienses, que te espero y soy impaciente por naturaleza.
¿Vienes?

[Para Albert F., encontrado casi por casualidad cuando me iba a salir ya de un chat. Gracias por tratarme bien, y por decirme que te he excitado. Eres un auténtico encanto de hombre.]

miércoles, 15 de mayo de 2013

Cuando te fuiste


Cuando te fuiste
las estrellas y la luna,
las voces en el oleaje,
el kivra resplandeciente por encima de los árboles,
todo se perdió.

Jack McDevitt

[Dedicado al Explorador de Angkor Wat. Por no cansarse de mí, ... y por estar ahí y no marcharse]

viernes, 10 de mayo de 2013

No te rindas


No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.

Mario Benedetti


[Para Fran. Que en la vida pasarán las tristezas y llegarán las alegrías, tus alegrías. Un besazo, amigo desconocido]

lunes, 6 de mayo de 2013

Pelo rojo


Pelo de fuego, rojo e intenso. Así me gusta llevarlo. Cambiarlo de forma y longitud, pero raras veces de color.
El rojo. Color de la pasión y del sexo. Color de rebeldía. De solemnidad, llamando la atención sin quererlo, sin desearlo. 
Porque roja es la sangre y el zumo de tomate que tanto me gusta. Roja es la tarjeta de expulsión en un partido, que en realidad te saca de la partida. 
De ese color es la puesta de sol y el avión del Barón Rojo, las banderas comunistas y la Cruz Roja. 
Es el color que está presente en las banderas de España y Polonia, mis dos países.
Roja es la marea y el mes de octubre y las rosas rojas, que son rosas pero rojas.
Son cosas rojas el tapón de Coca-Cola, el gorrito de los enanos y la capa de superman, que viene a salvar al mundo, pobre de él. 
Las dulces piruletas, las cerezas, las cabinas telefónicas de Londres, y un campo de amapolas.
Hay estrellas rojas, lejanas e inalcanzables ni en mil vidas. La Navidad es roja, como Papá Noel. Y el calor y la picadura de los insectos en tu piel. 
Y la menstruación, y el teléfono de Kubrick, ese con el que volamos a Moscú.
La señal de Stop, para que te pares en seco, te serenes y pienses en lo que es tu vida.
Ya véis, hasta yo me impregno de rojo, no solo mi pelo. Pues mis besos son rojos si me pinto los labios. Mi corazón también, pero no lo rompas. Hay muchas cosas rojas en mi, que si lo piensas no está nada mal, pues como ya sabéis, me considero sobre todo ... una chica azul.